21 enero 2014
El Tempranillo es una de esas joyas escondidas, poco conocidas (salvo
para especialistas en el buen comer y beber), y que existen en más de una
ciudad de nuestra vieja piel de toro. Es un lugar pequeño, (no se ve demasiado por las
guías de internet), donde el trato humano está descaradamente por encima de la
media. Inma
es la propietaria y en la sala le acompañan Adel y Víctor, los tres
encantadores, atentos y cariñosos.
Hace unos días organizaron una
cena maridada de tres vinos elaborados al 100% con Garnachas viejas de la DO
Madrid, de la bodega Viñedos de San Martín dirigida por Luis Oliván El primero
Senda 2009, con 10 meses de barrica.
Muy bonito color, elegante, frutas frescas
acidez comedida, fácil… Lo combinamos con una empanada Argentina.
(Gratos recuerdos, yo viví allí entre
del 97 al 99). El segundo fue mi favorito, Initio crianza 2009. Rojo picota de capa alta, complejo de aromas,
mucha fruta negra, moras, quizá regalices pero sin entrar en compotas, siempre,
y esto apareció en los tres vinos, fruta fresca, quizá un fondo muy sutil
mineral, a tiza y en boca una maravilla, complejo, elegante, largo…, repito, mi
favorito. Este lo maridamos con carne en rollo con unos tonos salados aportados
por una rica combinación de jamón y bacón que resaltaba más la frescura del
vino. Terminamos con uno de esos vinos de “autor”, el reserva del Libro de las 7 Luces un vino complejo, con mucha estructura, con
una crianza de casi dos años en barrica de 500 litros, muy de frutas negras en
nariz pero siempre frescas, no acompotadas. Un vino profundo, como se decía de una
colonia que se anunciaba en la tele cuando yo era niño, de los que “dejan
huella”. Se acompañó de una codorniz escabechada. (Inma, sé que no se hace,
pero acabé usando los dedos, sobre todo para poder chupármelos después…).
Durante la cena nos acompañó Félix, representando al distribuidor de estos vinos en la Comunidad de Madrid. Una persona con experiencia y ascendencia sobre la hostelería de la ciudad. De los que respira profesionalidad por los cuatro costados. En la mesa coincidí con un encantador matrimonio, Jesús Ropero y Ascensión, el primero joven promesa de la fotografía y que precisamente hoy 3 de febrero inaugura una exposición de sus fotografías en el propio restaurante El Tempranillo, su compañía, la de ambos, me hizo muy agradable la cena, también conocí a Nacho Bueno blogger y amante de
los vinos y la viticultura, con todos ellos discutí y compartí sensaciones.
Una velada estupenda. Si vives en
Alcalá de Henares, o cerca, si disfrutas con el buen vino y la buena mesa, si
tienes todavía fuego en tu alma, ganas de aprender y de vivir intensamente no puedes perderte la siguiente cena de Inma
en nuestra humilde ciudad, Patrimonio de la Humanidad, y de
las que sus vecinos nos sentimos orgullosos, porque somos y seremos un pueblo
con historia y un pueblo con futuro.
Antes de terminar, y por aquello
de que algo de publicidad debemos hacernos, si os gusta el buen vino, no dejéis
de visitar la humilde tienda online de quién os escribe,VINOS CON MEDALLA. Ya sabéis que el posicionamiento en google exige de estas cosas...). Gracias por leerme y hasta la próxima entrega! Viva el vino, las buenas
viandas y la buena gente!.
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