Al final pudo el corazón poner paz en su interior.
Años de oscuridad y tormento cesaron, y salió el sol.
No era tarde, todavía pudo coger su mano y, antes de su último suspiro, reconoció en su mirada el alivio del perdón.
Viaja en paz, se despidió.
Beatriz Castresana
No hay comentarios:
Publicar un comentario