Con el paso del tiempo los armarios tienden a desordenarse.
Por ello no está de más, al menos de vez en cuando, pararse un rato frente a ellos y renovarlos, sacando aquellas prendas que ya no nos valen o aquellas que de tanto verlas han acabado provocándonos hastío. En ese momento sacamos lo "caducado" y renovamos con nuevas prendas, nuevos colores, nuevas ilusiones...
Lo mismo ocurre con nuestra vida, casi todo en ella tiene su inicio y su final y no debemos considerar traumático cambiar y renovar algunos de nuestros hábitos.
Ojalá tengáis todos un gran día y que este sea el más feliz de los que habéis vivido hasta hoy...
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