En ocasiones parece que lo clásico, en este mundo nuestro del vino, no está a la altura. Hoy parece que se llevan los nombres y las presentaciones estridentes y nos olvidamos de lo que de verdad importa, aquello que va dentro de la botella y que nos vamos a beber.
Cierto es, y no quiero parecer injusto, que hoy vinificamos mucho mejor en casi todas las bodegas de nuestra vieja piel de toro. Las bodegas están más cerca del viñedo o, sino es así, el recorrido entre uno y otro se hace en menos tiempo. La vendimia en cajones, el frío en las bodegas, las vendimias nocturnas o de madrugada..., todo ayuda. Muestra de ello es el cada día mayor número de medallas que cosechan nuestros vinos en los grandes concursos internacionales, o como sube la nota media cada año en guías como las de Peñín, Proensa etc.
Hoy he disfrutado de las primeras chuletillas de cordero de la temporada y me apetecía mucho abrir una botella de un Ribera del Duero. Debo reconocer que me cuesta pensar en cordero y en vino de otra zona que no sea esta, y como este verano estuve con un grupo de amigos visitando Pesquera he optado por uno de sus vinos. En concreto por un Condado de Haza crianza del 2009.
El vino estaba desde un punto de vista técnico, perfecto. El color era un rojo picota intenso de capa alta. En nariz intenso, elegante. A la boca, potente, nada tánico, goloso, con la madera integrada, como a mi me gusta cuando ha hecho su trabajo con humildad sin dejarse notar cuando se descorcha la botella...
Así pues quiero felicitar a Alejandro Fernández, a su equipo y al personal de la bodega de Pesquera que tan bien nos atendió el pasado 30 de agosto.
www.condadodehaza.com |
www.pesqueraafernandez.com |